El valor de esta receta es que el famoso cocinero Elorza me la firmó como regalo.
Año 1977.
En aquella época las mujeres no tenían permitida la entrada a dichas sociedades gatronómicas. Estaban constituidas por hombres que se reunían con su peña y preparaban ellos mismos sus exquisitos y elaborados platos. No había empleados en la cocina.
El único día que se permitía la entrada en aquellos locales era el día de San Sebastián.
Yo, reivindicando un feminismo que en aquellos años del postfranquismo no se podía abiertamenete manifestar, nunca pisé ninguna Sociedad Gastronómica.
Nadie puede igualar la tradicional y elaborada cocina vasca.
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