lunes, 10 de marzo de 2008

CAMINO DE SANTIADO POR Y DE BLANCA RODRIGUEZ

El manuscrito Códex Calixtino del siglo XII, atribuido al Papa Calixto II, en su Libro V –Guía del Peregrino- describe los itinerarios seguidos a través de Europa por los caminantes hasta llegar a Santiago, La Coruña, España, por dos puntos de los Pirineos: Somport (Huesca) en Aragón y Roncesvalles en Navarra.

Ambos confluyen es Puente de la Reina (Navarra) para llegar a Santiago de Compostela.

¿Por qué Compostela?

La compostela es el documento que entrega la Catedral de Santiago y que acredita a los peregrinos que hasta allí han llegado.
Para ser identificados llevan colgada la concha de una vieira y son portadores de una credencial que es sellada por los municipios donde se aloja el peregrino.

En la Edad Media los jueces franceses ofrecían a los criminales y delincuentes elegir entre la cárcel o hacer el Camino de Santiago debiendo atestiguarlo a su regreso meses después.
La picaresca germinó en los comerciantes vendiendo La Compostela.
La historia nos cuenta como algunos cruces de caminos se convertían en famosos por sus transacciones y por albergar y divertir a los falsos peregrinos mientras obtenían sus pruebas.
La picaresca de la Iglesia permite ofrecer descuento de los años de Purgatorio si se obtiene el Jubileo acreditando haber peregrinado a través de la también llamada Ruta Jacobea.

En Santiago se encuentran los restos del Apóstol Santiago el Mayor (Jacobus en latín) según la tradición y el camino de peregrinación que hasta allí llega desde variados lugares de Europa ha llegado a ser el Primer Itinerario Cultural Europeo y está distinguido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Reflexiono con frecuencia en cosas puntuales que me han rozado tangencialmente y nunca me he detenido en prestar atención e interés.

El primer viaje de mi vida sin mis padres fue ir a La Coruña con mi amiga Chelo Gómez y alojarme allí un mes como premio por haber terminado mi carrera de magisterio. ¡Recuerdos marcados en el alma juvenil! Entonces Santiago fue para mí lugar de diversión, la historia estaba solo en los libros…

Es así en Mi Camino de Santiago. Conozco la mayoría de las ciudades y puntos de interés de la Ruta Jacobea, puedo afirmar que soy viajera y, sin embargo hasta hace pocos años no tuve la idea de convertirme en peregrina, lo cual ha sido posible a raíz de haber conseguido mi anhelada libertad como jubilada.

Un gran amigo de mi familia, Vicente Almazán Climent –su madre fue para mí más que mi abuela- y desgraciadamente ya fallecido fue un erudito en esta materia.
Tengo en mi mano su libro dedicado a mi madre “Dinamarca Jacobea” editado por la Xunta de Galicia y pesar por no haberme interesado por su obra mientras vivió.
Alguien tan interesante se marchó después de recibirlo infinidad de veces en mi casa, conversando de mil cosas sin haberle tirado de la lengua. ¡Falta mía muy grave!

Ahora estoy en ello seriamente: El 22 de marzo de 2008, que no coincide en ser Año Santo Jacobeo, por lo que las rebajas en el Purgatorio serán menores, iniciaremos Rick y yo el Camino.

Hoy 11 de marzo de 2008 comienzo este texto, que pretendo continuar a lo largo de todo mi peregrinaje, e inicio la cuenta atrás comprando el billete de Valencia a Pamplona en autobús y pensando con mucha preocupación qué enseres “necesarios” debo dejar en casa y cuales imprescindibles debo “acarrear” en mi espalda.

Empieza la cuenta atrás. ¡Empieza la aventura! Os cuento…

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